No suele ser un paseo agradable… aquí tenemos algunas fotos hilarantes que lo demuestran. Aunque sabemos que estos animales no estaban en su mejor momento, somos conscientes de que era por su propio bien. Recuerda, las visitas al veterinario duran apenas unos minutos, ¡las fotografías son para toda la vida! Estas son las mejores que hemos encontrado.
Imposible encontrarlo
Se deja ver que a alguien acaban de darle una mala noticia. Sí, hay que ir al veterinario otra vez y aunque este cachorro está haciendo todo lo posible por evitarlo, todos sabemos que lamentarse no le servirá de nada. En cualquier caso, aplaudimos el esfuerzo que hizo escondiéndose debajo de la manta, seguro que pensaba: “mientras no me vean la cara todo va bien”.
Hay que reconocerle a esta preciosura su creatividad. También es comprensible, ¿quién no ha querido llorar y hacerse un ovillo cuando se entera de que tiene que ir al médico? Siempre hemos sabido que tenemos más en común con nuestras mascotas de lo que pensábamos.
¡Por favor, no me obligues a ir!
A esta perrita no le preocupa aparentar ser dura cuando le toca ir al veterinario. Su tamaño no la hace ni valiente ni sabia, sólo quiere un poquito de comprensión mientras está sentada, contemplando su destino, en la sala de espera de su “torturador”. Puede parecer grande y fuerte, pero cuando va al veterinario no es más que una cachorrita.
No puede ser la única perrita preocupada; de hecho, estamos seguros de que en la sala de espera había al menos otro perro intentando mantener la calma para evitar que cundiese el pánico. Todos los perros son falderos en la sala de espera del veterinario, sólo tienes que echar un vistazo a cualquiera para verlo con tus propios ojos.
No te muevas... ni un pelo...
Este gato ha dejado atrás la sala de espera y a lo perros falderos, ya no hay vuelta atrás. Llegados a ese punto, ya no se puede huir, nadie puede, pero este gatito no va a dejar de intentar esconderse. Parece que ha aprendido de experiencias pasadas y conoce bien el terreno e incluso sabe que el color de su pelaje se camufla con la pared.
En esta visita optó por intentar el camuflaje, ya que se encajó perfectamente entre la pared y las bolas de algodón. Es un buen intento, pero no servirá de mucho, los veterinarios son expertos y conocen todos los rincones y escondites de su sala de consultas, aunque no podemos dejar de admirar el esfuerzo de este gato.
¡Me has mentido!
Esta es la cara de la traición, de la comprensión, de saber que, aunque nadie haya mencionado la palabra “veterinario”, ahí es donde has acabado. Las golosinas, los juguetes y los paseos en coche son algunos de los mejores trucos para llevar a un cachorro al temido veterinario y parece que han funcionado una vez más.
Los olores, los uniformes y las baldosas ya le suenan, está en el veterinario, ya no hay vuelta atrás. La desconfianza es total ahora, pero no durará. El pobre cachorro volverá a subir al coche algún día, volverá a confiar en las golosinas y los juguetes y será engañado una vez más, pero no será hoy. Primero necesitará tiempo para olvidar esta traición.
Nunca habíamos visto unos ojos tan manipuladores
Algunas personas piensan que los Shepard alemanes adultos son intimidantes, pero como se puede apreciar en esta foto, todos los perros dominan el poder de los ojitos adorables de cachorro. Son la primera línea de defensa cuando un perro quiere evitar una visita al veterinario. Pero, por lo general, los ojos de cachorro tienen un porcentaje de éxito bastante alto.
Como los dueños tenemos el poder y las llaves del coche, a menudo nos dirigen esas miradas fulminantes a nosotros. Quieren ayuda, podemos ofrecérsela y no lo hacemos. No tardan en estar sobre la mesa y el veterinario sonríe, pero no de forma reconfortante. El momento es captado por la cámara. Nos sentimos mal, de verdad, y esos ojos no hacen que nos sintamos mejor.
¡Que alguien me ayude!
Tuvieron que llevar en brazos a alguien desde el coche y tiene pinta de que bajarlo va a ser más difícil de lo que fue agarrarlo al principio. Su propia vida podría estar en juego, una preocupación visceral se ha apoderado de él, se aferra a su dueño por su vida y puede que no le suelte nunca.
Su angustia es más que evidente, como debe ser; el veterinario no es divertido para nadie. Por lo menos es entretenido para los demás, ¡menudo espectáculo! Somos conscientes de que todo va a salir bien, pero nos gustaría poder ofrecerle algo de consuelo.
No me digas que vamos al...
Después de ir a parque para perros y a la tienda de mascotas, ¿qué más sitios se pueden visitar? En esta fotografía podemos ver a un cachorro que por fin se da cuenta de cuál es su destino y el pánico está más que plasmado en su cara. Probablemente la mirada no duró mucho y no sirvió para cambiar la situación.
¿Cómo podría este perro perdonar a su dueño después de semejante traición? ¿Cómo podrían sus ojos perder el dolor que ahora los rodea? ¿Cómo podrías perdonarte hacerle pasar por esto? Esperamos que este cachorro haya encontrado la manera de superar esta traición.
Como no puedo huir, me escondo
Las siete vidas de este gato pueden haberse acabado. Este es el final. Esto no es la sala de espera, este es el fondo, el interior de la consulta del veterinario. Pero sólo se acaba cuando te rindes, ¿verdad? No tiene pinta de que este gatito quiera rendirse pronto. Al fin y al cabo, es pariente lejano de los leones y eso significa que no se rinde sin luchar. Si esta va a ser su última batalla, será una que todos recordarán.
Somos conscientes de que da igual lo que haga, al fin y al cabo, ya está en la consulta, no hay escapatoria posible. Sin embargo, nos gusta pensar que este gatito lo consiguió, sería algo bonito.
Nunca me encontrarán aquí
Este gato intenta seguir los pasos de sus antepasados y trata de esconderse en sus alrededores. No hay ningún cajón abierto a la visa, así que, en su lugar, está tratando de encontrar refugio en cualquier cosa a su alcance. Esconder un 2% de su cuerpo bajo un cajón transparente no es gran cosa, pero es un trabajo de lo más honorable.
Conocemos la expresión de esos ojos: el miedo, la desesperación, el terror. Pero lo cierto es que este peludo no tiene escapatoria. ¿Qué otra cosa se puede hacer? Sólo puede mirar con desprecio a todos los presentes, dejando clara su indignación. Cuidado con la ira de un gatito que se siente traicionado y más aún en el viaje de vuelta a casa.
No voy a ir... no puedes obligarme
¿Quién lo tiene peor a la hora de ir al veterinario, la mascota o el dueño? Parece que el dueño tiene que hacer todo el trabajo pesado. Aquí podemos ver a un perro muy grande que no va a poner las cosas fáciles. Llevar el perro en brazos puede ser preferible a arrastrarlo, pero ambas cosas requieren fuerza y esfuerzo.
En cualquier caso, esto no va a ser fácil. Como cualquier niño, rebelde o mascota prudente, este cachorro ha mostrado resistencia, siempre cuesta más llevar el peso muerto. No cambiará el resultado, pero quizá sus acciones sirvan de ejemplo y llenen de orgullo a los cachorros de todo el mundo.
Esto no es Petco
Este es el rostro de la decepción. Este perro ha sido traicionado, y su ingenua confianza de cachorro nunca volverá a ser lo que era. Tal vez esta fue la primera vez que este cachorro se sintió tan sumamente decepcionado, a lo mejor aún no ha comprendido del todo lo que significa una visita al veterinario.
“Puede que lo peor ya haya pasado”, debe estar pensando. A lo mejor esta es la última mesa. Quizá las agujas y los pinchazos hayan terminado, para siempre. “Nunca tendremos que volver aquí”, piensa. Todos sabemos que eso no es cierto, tarde o temprano todos tienen que volver. El coche nunca volverá a ser el lugar seguro que una vez fue.
No va a pasar
Los gatos son maestros del disfraz y todo su potencial se desata cuando visitan la consulta del veterinario. Olvídate de cajones, mesas y regazos, hoy el número de desaparición tiene lugar en el lavabo. Probablemente no sea el primer gatito que lo intenta, pero desde luego es el primero que hemos fotografiado.
Los objetos que le rodean son nuevos e intimidantes. Está observando su entorno, echando un pequeño vistazo por encima del borde del fregadero, buscando cualquier peligro que se aproxime. Es un momento fantástico y aún más para nosotros, que tenemos la oportunidad de admirar a este divertidísimo gatito.
Último recurso
Los gatos le gustan a mucha gente por su naturaleza limpia y elegante, o eso nos han dicho. No es habitual que los gatitos acaben en la basura, como los cachorros que a menudo encontramos en Internet. Pero en el veterinario las cosas cambian.
Esta decisión va más allá del orgullo, ya que el gato ha recurrido al cubo de la basura como muchos mapaches y perros antes que él. Al parecer el cubo es preferible a lo que le tenga preparado el veterinario. En realidad, no es mala idea, ¿quién iba a buscar en la basura a un orgulloso felino? Pero el veterinario no es ningún aficionado, lleva años sacando animales escondidos por los rincones de su consulta.
Se puede palpar el pánico
Esta imagen muestra el segundo exacto en que este pobre cachorro se dio cuenta de que su destino final era el veterinario. Los ojos son las ventanas del alma y podemos ver claramente el miedo y la ansiedad en los ojos de este pequeñín. Tanto, que casi te sientes mal por él. Puedes ver dentro de su alma, cómo se está replanteando su existencia y lo que realmente significa esta situación.
¿Qué le ha podido pasar antes a este pobre cachorro? ¿Por qué le tiene tanto miedo al veterinario? ¿Qué le hace pensar que tiene que estar tan aterrorizado? Esperamos que todo haya ido bien y que el miedo en estos pobres ojos sea infundado.
Mmm... no lo creo
Este perro siente más que miedo, está claramente furioso. Ya había sido engañado antes y está siendo engañado de nuevo. Probablemente lleva esa mirada desde que le hicieron entrar en el coche. No hay golosinas, besos o disculpas suficientes en el mundo que arreglen esto.
Pueden intentarlo. Pueden ofrecer paseos, parques y atenciones, pero no creemos que vaya a cambiar nada. Nos preguntamos si el hecho de que el cachorro se sentara delante ayudó. A juzgar por la foto, dudamos mucho que haya servido de algo.
Fin de la partida
Hemos visto esta mirada antes, es una mirada de comprensión, es la de un perro que ha descubierto dónde va. Tal vez adoptando esa fachada de tipo fuerte y silencioso está tratando de evitar un ataque al corazón. Estos ojos tan abiertos parecen pensativos y reticentes al mismo tiempo. Es consciente de lo que le espera, está aprendiendo a aceptar su destino.
No estamos acostumbrados a ver tanta preocupación en los ojos de un pobre cachorro. Puede que este muchachote tenga suerte y el viaje sea sencillo e indoloro, ¡porque no hay más que ver esa cara! Esperamos de verdad que todo haya ido bien. Estamos seguros de que la mayoría de los viajes al veterinario no son tan aterradores como los trayectos en coche hasta allí.
¿En serio?
Si tuviésemos la capacidad de leer la mente, es muy probable que la de este pobre perro no fuera muy alegre. ¿Qué podría decir sobre esta traición? “¿Hablas en serio?” Parece harto y desconcertado de que su dueño sea capaz de hacerle esto. Es un chico tan bueno… apenas ha mordisqueado los cojines esta semana.
Pero este cachorro no puede hablar y nosotros no sabemos leer las mentes. Sin embargo, con su actitud podemos entender todo perfectamente. A lo mejor sólo está enfadado y puede que un poco asustado. Aunque a lo mejor lo único que siente es una profunda decepción. Puede que tenga que ir al veterinario, pero no podemos esperar que le haga ilusión.
No pienso volver a confiar en ti
En realidad, nos da la sensación de que esta fotografía se sacó después de la consulta con el veterinario. Este perro ya ha pasado por esa traumática experiencia; ha sobrevivido, pero no está contento. Esos son claramente los ojos de la derrota, no hay miedo ni preocupación, sólo decepción.
Dueño y mascota van felizmente de camino a quién sabe dónde, ¿puede que al parque canino a jugar a la pelota? O puede que a la playa a correr por la arena. Pero no, el destino era el peor lugar del mundo. La traición ha terminado, pero la decepción no. ¿Cómo podría este perro aprender a confiar de nuevo? Estamos seguros de que su dueño tendrá que seguir aguantando las miradas de decepción durante algún tiempo.
El truco del perro que desaparece
Este perro está atento a todo. Se encuentra en una mala situación, el enemigo acecha. Entonces, por el rabillo del ojo, divisa su salvación: un cuenco. ¿Es lo suficientemente grande como para que quepa en él? Imposible. ¿Es del mismo color del perro para que por lo menos le sirva de camuflaje? De ninguna manera.
Pero tiene un plan: puede adoptar la forma de un gorro de piel y, cuando entre el veterinario, se olvidará por completo de que hay un perro. Sólo verá su viejo y tembloroso sombrero de piel y se irá a la habitación de al lado. Es tan absurdo que podría funcionar.
No pueden verme, ¿verdad?
Este gato está a la espera y bien preparado, lo observa todo con ojos escépticos, no nos sorprende en absoluto. Ahí acurrucada en el fregadero nadie puede verla, ¿verdad? O eso es lo que ella cree. Sus ojos son su mejor virtud, pero sus orejas la delatan, hay que darle crédito por el intento. Además, es probable que no tenga ni idea de que tiene esos grandes triángulos en la cabeza que delatan su paradero.
Entendemos el miedo, la inquietud y las ganas de escapar, pero ya es demasiado tarde, está dentro de la consulta. No hay nada más que hacer, ya sólo le queda afrontarse a lo inevitable. Esta experiencia no va a ser muy larga y viendo el lado positivo, el día ya solo puede ir a mejor.
El doble de problemas
Estos gatos tienen un problema por duplicado, están esperando a que llegue su hora… en el veterinario. Claramente no han tenido un día fácil, basta con imaginarse el comienzo del mismo, cuando los metieron en sus jaulas. Luego tuvieron que subir al coche, si explicación alguna y sin tener ni idea de adónde los llevan. Y, cuando se dieron cuenta de que estaban en la consulta del veterinario, les pareció fría e inhóspita.
A pesar de todo, se tienen el uno al otro y parece que se mantendrán unidos hasta el final. Pero, aunque se tengan el uno al otro, no tienen pulgares oponibles, por lo que no han podido cerrar las puertas de los armarios. Parece que ninguno de los dos va a ganar al escondite hoy.
Nunca me encontrarán
Esta bola de pelo se está planteando si se la puede ver a simple vista o no. La verdad es que sí, es un gran intento, casi consigue camuflarse a la perfección con el entorno. El ser de un tamaño tan pequeño sin duda es una gran ayuda.
Su pelaje es de un tono tenue y sutil, lo que sin duda es una gran ventaja en lo que a camuflaje se refiere. Sin embargo, los veterinarios son expertos, y si nosotros podemos verlo, seguro que ellos también. El veterinario sólo quiere ayudar, pero este gatito no atiende a razones ahora mismo.
Mamá, por favor, no me obligues
Tener unos padres comprensivos y que te apoyan siempre es positivo, y la dueña de este gatito está intentando con todas sus fuerzas esconderle de sus miedos, así como intentar que comprenda la situación. Pero este animalillo peludo ya no es un bebé y ya no es tan sencillo esconderse en los brazos de su madre como algún día lo fue.
A pesar de los años, el miedo al veterinario no ha remitido, pero tampoco la necesidad de ir para mantenerse sano y fuerte. Sin embargo, mamá le cubre las espaldas, lo acurrucará ahora y lo estrujará después, y estoy convencido de que cuando termine la consulta se sentirá mejor.
Cobertura total
Muchos animales tienen habilidades secretas para camuflarse y cambiar de forma. En este caso, esta gata intenta evitar su visita al veterinario haciéndose pasar por una manta, incluso sabe dónde se guardan las mantas. Está claro que lleva tiempo oliéndose algo y ha planeado su huida con antelación.
Por muy lista que sea esta gata, por desgracia, la han descubierto. Su dueño ha aprovechado este momento para dejar constancia de su ingenio, quizá no sea la primera vez que hace este tipo de trastadas. Por desgracia, no se libró de su viaje al veterinario... mejor suerte la próxima vez.
Llévame a casa ¡ya!
La expresión de la cara de este pobre perro indica claramente que acaba de darse cuenta de que no se trata de un divertido paseo por el parque. Sino de una visita al veterinario, no te preocupes, pequeño, es un viaje que te vendrá bien. Se palpa el desprecio.
Este perrito está tan atrapado que va a necesitar una operación para salir de ahí, y parece que esta tampoco será su última visita. Ojalá este corgi entendiera cuántos de sus hermanos han vivido esta situación antes que él. Todos han salido bien y han llevado vidas largas y felices. El veterinario desaparecerá, le quitará el cono de la vergüenza y todos podremos volver a ser amigos.
Ya te pedí perdón por comerme la cartera
Si este cachorro pudiera hablar, estamos seguros de que tendría mucho que decir en este momento. Se disculparía por mordisquear esos zapatos, por comerse la cartera, por babearte el uniforme del trabajo, por hacerse pis dentro de casa y por ladrarle a los vecinos. Ahora mismo pediría perdón por absolutamente todo.
Todo fue por amor, así que, por favor, ¡no castigues al pobrecito! "Tus zapatos no volverán a encontrarse con mi boca. Me mantendré alejado de los panecillos y las sobras de la mesa. ¡La casa estará impecable siempre y cuando me lleves de vuelta inmediatamente!"
¿Podemos irnos a casa ya?
Puede que sea sólo un cachorrito, pero tiene la experiencia suficiente para saber exactamente dónde está en estos momentos. Lo que está a punto de suceder no será agradable, delicioso ni bien recibido. Está poniendo sus mejores ojos de cachorro para intentar evitar esta visita.
Tiene que ser duro ser su dueña, parece imposible poder negarle a esta carita todo lo que pida, sobre todo la compasión. Pero mamá sólo hace esto porque le importas, perrito. Pronto terminará y podrán volver a ser una familia feliz y relajada. ¡Resiste!
¡Quédate donde estás!
Aquí vemos, una vez más, el brillante amparo del lavabo del veterinario ocupado por un tierno felino. Sin embargo, este gatito parece ir más en serio que los anteriores, no es su primer rodeo. Tiene las orejas hacia atrás y se niega a parpadear esos amenazadores ojos verdes.
Cuando vayas por este gatito, ya puedes tener cuidado, porque no va a rendirse sin pelear. Nos preguntamos si sus garras se quedaron enfundadas cuando se acercó el veterinario. Sinceramente, lo dudamos mucho, este animalito muestra muy claramente sus sentimientos. Nos alegramos muchísimo de no ser su veterinario, la verdad.
No te atreverás
No juzgues a un animal por su tamaño. Este gato vino dispuesto a luchar. "Acércate", parece decir con la mirada, " ¡ponme a prueba!". No subestimes de lo que es capaz un gato, sobre todo cuando se ven acorralados. Esa ternura es sólo una tapadera. Saben lo que hacen.
Este gato sabe que no va a ganar, pero eso no significa que vaya a rendirse sin luchar. Le has hecho enfadar mucho y se va a asegurar de que lo sepas. Te lo va a dejar bien claro ahora en la consulta y probablemente también cuando vuelvas a casa. Buena suerte para el resto de la semana.
Voy a necesitar mucho más que eso
El truco de las golosinas es una de las tradiciones más extendidas entre los dueños de mascotas y los veterinarios. Pero algunas mascotas son más sabias que otras, entienden que la mano humana sólo ofrece un premio porque quiere algo a cambio. Puede que esta pobre criatura haya caído antes en estas falsedades, pero no va a volver a ser víctima de ellas.
Ese manjar no compensa el frío de la mesa brillante y los pinchazos que seguramente vendrán después. Parece que este cachorro está pensando: "Pero huele bien y sé que sabe bien. Pero no es suficiente, más golosinas significarán más cooperación. Es un trato justo para ambos".
¿Crees que pueden vernos?
Probablemente, este encantador cachorrito ha tenido una agradable mañana. Se ha levantado listo para pasear, jugar, comer y acurrucarse. Incluso le ofrecieron un viaje en coche muy especial, al parque, pensó. Se subió al coche, como hacen todos los perros buenos, moviendo la cola y sacando la lengua. Pero nada es lo que parece, ¿verdad?
El coche mágico no le llevó al campo, sino a la consulta del veterinario. Ya se conoce el truco y se esconde entre las piernas de su dueña lo mejor que puede. Pero el verdadero truco es que ¡no cabe en su brillante escondite!
No te acerques, no me hago responsable de mis actos
Es evidente que es un gatito muy listo. Sabe que escapar es su única opción y es lo suficientemente listo como para no fiarse del veterinario. Puede que sea pequeño, pero es poderoso, le felicitamos por defenderse con tanta valentía. Esos diminutos dientes pueden dar mucho de sí, y estamos seguros de que también tiene unas garras impresionantes.
Hemos visto a otros gatos esconderse en fregaderos, armarios y debajo de bancos, pero eso no es una opción aquí. Esta gatita está lista para luchar. Sus antepasados son tigres, y sabían cómo acabar con sus enemigos. ¿Por qué no iba a hacerlo ella?
Nadie me encontrará si me escondo aquí
La valentía es admirable, pero a menudo surge de la juventud y la ingenuidad. Las mascotas que entienden cómo funciona el mundo saben que el veterinario es tan inevitable como la necesidad de hacer pis. Aquí vemos a un felino adulto experimentado, ha gastado algunas de sus siete vidas y sabe que no sirve de nada luchar contra lo inevitable.
El veterinario es una de esas cosas. El escondite es creativo, no el típico lavabo, gracias a Dios, y este gatito sabe que si puede ver a través de su escondite, es muy probable que el escondite sea transparente. Por desgracia, nosotros podemos verlo por su tamaño, lo que significa que con toda seguridad el veterinario también podrá verlo.
Voy a caber... ¡Ya lo verás!
Nunca podremos entender bien cómo son las vidas de nuestras mascotas. Fíjate en este gato, por ejemplo, a lo mejor su dueño le dijo que necesitaba ponerse a dieta, puede que ese mismo dueño empezase a darle mucha menos comida seca y golosinas. Pero este gato era demasiado listo como para seguir esas indicaciones, sabía cómo encontrar y acceder a la comida que más le gusta. Tampoco estaba dispuesto a renunciar a sus horas de siesta para hacer el ejercicio que tanto necesitaba.
Así que aquí están, dueño y gato acuden en busca de ayuda profesional y, por fin, parece que el gato se ha dado cuenta de qué era lo que más le convenía. Para su desgracia, ha sido en la consulta del veterinario y ya es demasiado tarde para dar marcha atrás.
Oh, dame un respiro...
Este corgi es consciente de lo que está pasando. Está enfadado por muchas razones, la menor de las cuales es la ridícula bufanda de colores que lleva alrededor del cuello. El verdadero problema es que tanto la bufanda como él están en el veterinario. Todo está muy mal. Es un cachorro orgulloso, se niega a acobardarse o esconderse como tantos otros antes que él han intentado hacer en esa situación.
Sabe que no hay nada que pueda hacer para cambiar su destino, pero caerá como un héroe, no como una víctima, al mismo tiempo que mira fijamente a su humano con toda la pena que puede transmitir con sus grandes ojos caninos.
¿Cómo hemos llegado a esto?
Seguro que esta pequeña bola de pelo te rompe el corazón. Mira esos ojitos tristes y esa carita de cachorrito adorable. Y esas patitas, ¿quién podría querer hacerles daño? Este perro se merece todo el amor del mundo por lo adorable que es. Este pobre cachorro es demasiado bueno y bonito para este mundo; no tiene ni idea de dónde está ni de a qué se va a enfrentar.
Parece estar un poco tembloroso y, para ser justos, todas las nuevas experiencias que vive pueden ser angustiosas. Este pequeñín parece estar intentando esconderse debajo de una silla sin mucho éxito. Sabemos lo que está a punto de ocurrir, pero esperamos que esta monada no salga demasiado traumatizada de la visita.
Cógeme la patita
El fuerte vínculo entre una mascota y su dueño es la verdadera razón por la que llevamos a nuestros compañeros caninos al veterinario. Sólo queremos que nuestros amigos peludos estén sanos y felices. Esta foto nos recuerda el vínculo que todos compartimos. Este pequeñín no es ningún novato, conoce el veterinario, su dolor y su importancia.
Este cachorro puede estar asustado, pero sabe que puede pedir ayuda si la necesita. No pasa nada por tener miedo, y es valiente admitirlo. Hazle saber que estás ahí, sujétale la patita, acaríciale la cara y ofrécele golosinas cuando por fin te lo lleves a casa.
¿Dónde estamos?
Esta fotografía es la clara definición de la palabra “sorpresa”. ¿Qué expresará la cara de este gato en unos minutos? ¿Qué sentimiento le ha llegado primero? ¿Miedo? ¿Enfado? ¿Tristeza? Con esta imagen sólo no podríamos adivinarlo, pero sí que podemos deducir que este pobre felino se siente engañado. El animalillo está atravesando todas las fases del duelo, pero todavía no ha llegado a la aceptación.
No tenía ni idea de cómo se iba a desarrollar su día. Cuando se ha dado cuenta de cómo iba la situación ya era demasiado tarde, ya está en la consulta del veterinario, lo que tenga que ser, será. Tranquilo, dulce gatito, pronto volverás a estar en casa, ¡o al menos eso esperamos!
Dime la verdad
Este perro tiene carácter, su pequeño tamaño no define cómo es. Lo que sí que lo define es su sinceridad, algo que ya no comparte con su dueño, quien seguramente le haya engañado para poder llevarlo al veterinario. Ni el aparcamiento, ni la sala de espera, ni la consulta del veterinario han conseguido que este carlino se pusiera nervioso. Es demasiado listo para sus enemigos, sabe dónde se dirige y no le gusta nada la idea.
Si este carlino es tan listo como parece, puede que todavía esté a tiempo de escapar. Esto es algo que nunca podremos saber con certeza, pero ¿Cuántas veces se ha escapado una mascota de una visita al veterinario? Si tuviéramos que apostar, no muchas.
¡Casi cuela!
Esta es bastante impresionante. Esta mascota (ni siquiera sabemos decir si es un perro o un gato) ha conseguir camuflarse casi a la perfección. Apostamos a que esta extraña criatura consiguió librarse del veterinario durante años con este truco y seguramente les causó mucho estrés a sus dueños durante ese tiempo.
¿Te imaginas entrar en una habitación y tropezarte con un perro escondido a plena vista? Por desgracia para este cachorro, su escondite se le ha quedado pequeño y sus enormes patas le han delatado. Te toca ir al veterinario, sabelotodo.
No puedo creerte
Al parecer con una pequeña mentira piadosa puedes conseguir fácilmente que un perro se suba al coche. Este can parece haber destapado la mentira mucho antes de lo esperado. No le llevan al parque ni a PetSmart, este camino ya se lo conoce, se dirigen al peor sitio del mundo y esta mirada de decepción no es para el veterinario, sino para su dueño.
El fiel compañero de este perro le ha mentido, una vez más, y ha hecho trizas su confianza. Ahora mismo no es un perro feliz, ¿por qué debería serlo? El asiento del copiloto ya no es ningún consuelo, no nos cabe la menor duda de que este perro va a seguir enfadado durante bastante tiempo.
Déjame en paz
Este es sin duda uno de los mejores escondites que hemos visto. Este pequeñín no esta sólo debajo de la mesa, sino que además está bajo unas coloridas y llamativas revistas. Son mucho más interesantes que el cachorrito que hay bajo la mesa, ¿verdad?
Muchos animales siguen el antiquísimo principio de "si yo no puedo verlos, ellos a mí tampoco", y es de extrañar que a estas alturas eso no haya provocado una extinción masiva. Seguro que todo el mundo se olvida del perro escondido y de la cita con el veterinario. Por desgracia para el cachorro, dudamos que su intento tenga éxito, pero le deseamos toda la suerte del mundo.
La cara del miedo
Esto sí que es terror. Esos hipnotizantes ojos azules del tamaño de canicas le dan a este gatito una apariencia como de si estuviera poseído. Tal vez comió demasiada hierba gatera. O puede que esté loco. O quizá es el único que entiende lo que significa estar en el veterinario.
¿Y esa enfermera? Su traro deja mucho que desear. ¿Cómo puede estar sonriendo en un momento así? Quizá este gatito parece tan asustado porque se ha enfrentado a ella antes, y perdió… Esperamos que este felino sólo haya ido a la consulta para una revisión rutinaria.
Adiós, dulce amigo
Esto es desgarrador. Estos dos perros parecen entender perfectamente lo que está a punto de ocurrir. El cachorro del coche parece triste, totalmente resignado ante su destino. Su amigo y salvador parece comprender que es su última esperanza, ya que se aferra a la ventanilla con la esperanza de consolar a su amigo. La semana pasada, los papeles estaban invertidos.
¿Volverán a verse alguna vez? ¿Seguirá su amistad siendo igual? Esperamos y deseamos que sí. En realidad, sabemos que sí. Su vida sería mucho menos dramática si dejasen de comerse los cojines del sofá. Pero es que son tan adorables… ¿quién podría enfadarse con ellos?
De la vieja escuela
Este gato fingía que estaba durmiendo la siesta cuando en realidad estaba espiando la conversación de sus dueños... y no le gustó lo que oyó. Cuando se enteró de la temida e inminente cita con el veterinario, tomó cartas en el asunto. Necesitaba esconderse, pero ¿dónde? Necesitaba provisiones. Entonces cayó en la cuenta.
El armario de las patatas fritas. A sus dueños nunca se les ocurriría abrirlo. Además, los paquetes de patatas fritas son conocidos por ser silenciosos, así que no tendrá problema en pasar desapercibido hasta que todo este asunto se calme. Por desgracia, sus humanos son astutos, y de alguna manera lo descubrieron. Que tengas más suerte la próxima vez, gatito.
Pasar desapercibido
Si este perrito no fuese tan grande, cabría por completo debajo del asiento del coche con el que ha estado forcejeando. En lugar de eso, tiene que conformarse con sentarse incómodamente bajo el salpicadero. Parece molesto, pero también un poco resignado ante su destino. Es de suponer que esta no es su primera visita, tal vez sepa que, aunque se pase mal, acabará pronto.
Sin embargo, esos ojos están suplicando, implorando, pero el dueño no cede. ¿Cómo puedes ignorar esos ojos? ¿Esos grandes y hermosos ojos? Estamos seguros de que bien está lo que bien acaba, y este cachorro recibió un buen regalo después de su cita con el veterinario por ser tan buen chico.
No hay escapatoria
Este felino sabe lo que hay. Sólo podemos imaginar lo que hizo este gato al darse cuenta de la situación en la que se encontraba. Es imposible que este gato sea más feliz de lo que era cuando llegó, pero al menos la fotografía nos hace sonreír. Además, es de esperar que envolver a este gatito en una manta le haya hecho más complaciente con las atroces pruebas que le tenía preparadas el veterinario.
¿Qué hay más inofensivo que un minino? ¿Qué podría haber hecho para merecer esto? ¿Quién tomó la decisión de inmovilizar a esta cosita? Por otra parte, cualquiera que sepa algo de gatos sabe que sus garras, por pequeñas que sean, están muy afiladas.
¡¿Que vamos dónde?!
Nos da la sensación de que este perro necesitaría sedantes sólo de pensar en que tiene que ir al veterinario. Parece extremadamente preocupado, casi como si acabara de enterarse de la muerte de un familiar. Se le tiene que estar pasando por la cabeza algo mucho peor que ir al veterinario.
Además, no es por nada, pero es un perro muy grande, si decide ponerse a la defensiva, van a hacer falta unos cuantos hombres buenos y muchas golosinas para calmarlo. Tal vez su dueño debería plantearse conseguir algunos medicamentos para calmarlo antes de su próxima cita con el veterinario. Sé fuerte, chico, ¡el gran veterinario malo habrá acabado antes de que te des cuenta!
El final de la esperanza
Esta es la cara que pone un perro cuando pisotean sus sueños y esperanzas justo delante de su hocico. Mira el cachorro feliz y esperanzado de la izquierda. Bonito, ¿verdad? Ahora mira la foto de la derecha.
¿Qué le ha pasado a ese ilusionado cachorrito? Creemos que puede haber sido la noticia de que se acercaba una visita al veterinario. Aún es joven e ingenuo y cree que sus dueños sólo lo subirían al coche para ir al parque. Por desgracia, la realidad ha arruinado su energía alegre. Al dueño le va a costar mucho compensarle.
Amor verdadero
El vínculo entre humanos y animales es una de las cosas más bellas que se pueden captar en vídeos y fotos. Mira este sentido abrazo entre esta chica y su golden retriever. Se abrazan como si se aferraran a lo único que puede evitar que ambos se ahoguen.
El perro parece curtido en las visitas al veterinario, sabe en su fuero interno lo que le espera en la consulta. Pinchar y pinchar y un estetoscopio frío durante unos segundos. ¡La agonía! Esperamos que perro y humano se abracen así cada vez que visiten juntos al veterinario, comprendiendo el miedo, pero también que las cosas suelen salir bien. Es un gesto de tranquilidad, no de desesperación.
Es imposible que me vean aquí
Está claro que el concepto de esconderse es complejo para algunos de los animales de esta lista. Mira este gato, por ejemplo. Por muy tierno que sea, ¿cree realmente que la esquina de la mesa es más difícil de ver que el borde o el centro? En su defensa, no puede tener más de unas semanas, es poco tiempo para aprender a esconderse. Esta es probablemente una de las primeras visitas al veterinario de este gatito, y tiene mucho que aprender.
Parece muy preocupado, como debe ser, ya que en realidad no se está escondiendo en absoluto. Acaba de recibir un pinchazo, así que entendemos el horror y la decepción. Este gatito ha sido traicionado, y lo sabe.
¡¿Cómo dices?!
El estupor de este cachorro es tan sobrecogedor que le tiembla la boca. No puede creer lo que le está pasando. Puede que alguien lo llamara gato o dijera que la luna está hecha de golosinas, sea lo que sea, no sabíamos que un perro fuera capaz de tener tal cúmulo de emociones.
Este perro es consciente de que le van a llevar al veterinario y no parece dispuesto a creer que no será para tanto. Está dispuesto a luchar y a la vez teme por su vida, todos hemos pasado por eso. Por supuesto, la mayoría de nosotros no cabemos debajo de una silla.
¡Cualquier cosa menos el veterinario!
Aunque estamos acostumbrados a ver cachorros risueños con la cabeza y la lengua colgando alegremente por la ventanilla, ahora también estamos familiarizados con la mirada de pavor de un perro que se ha dado cuenta de que le han engañado para llevarle en el asiento trasero por un motivo muy distinto al que esperaba.
¿Cómo puede este perro volver a ser feliz, si tiene que ir al veterinario, aunque sólo sea esta vez? Se ha olvidado de la ventana y el viento en su pelaje; sólo tiene ojos para el suelo, para contemplar su sufrimiento. Necesita un abrazo, una golosina y una siesta, pero no hasta después de su cita.
Ni lo intentes
El término "furia al volante" nos trae a la mente palabrotas terribles y accidentes de coche. Pero este perro le da un significado totalmente nuevo al término, con la rabia claramente reflejada en su cara. Sabe a dónde le lleva este viaje en coche, y no va a ir tranquilo ni sin pelear.
Este perro está tan enfadado que es difícil imaginar qué le habrán ofrecido para subirse al coche en primera instancia. No quites los ojos de la carretera cuando conduzcas, pero si tienes un perro como este, te recomendamos encarecidamente que no lo pierdas de vista.
¡Nadie me encontrará si me escondo bajo mi jirafa de juguete!
Fíjate en este genio de perro en su original escondite. Sí, se ha escondido debajo de una jirafa. Tal vez, pensó, " creerán que la jirafa soy yo, y podré sentarme y mirar, en lugar de sentarme y sufrir". Pero, como podemos ver claramente, la jirafa no se parece en nada al perro, y apenas le oculta.
Nos preguntamos qué diría el veterinario si le presentaran un paciente disecado en lugar de uno vivo. Pero esa jirafa, por muy mona que sea, no va a cambiar nada, salvo que forma parte de una adorable foto.
¿Qué he hecho?
Este perrito es tan pequeño y tan adorable que nos dan ganas de achucharlo. Tal vez sea su primera visita al veterinario, pero este bebé es demasiado listo, es consciente de que este no es el tipo de lugar donde quiere estar. ¡Mira qué aspecto tan triste tiene! Pero sigue siendo un buen chico.
Esa mesa fría no parece nada acogedora, aunque no sepa exactamente lo que está a punto de ocurrir. Pero ese veterinario parece querer al cachorro tanto como nosotros, así que estamos seguros de que todo irá bien. El término "ojos tristes de cachorro" fue inventado para este perrito.
Me niego
Este perro parece haber acertado. Sabe que no quiere ir al veterinario, así que ha decidido plantarse, o tumbarse si nos ponemos literales. Probablemente, pensó: "Si no me levanto, si me quedo aquí tirado en la carretera, ¡nadie podrá llevarme a ninguna parte!".
Y tampoco se trata de un novato. No es ninguna tontería, sino un plan bien urdido. Ha estado engordando durante semanas para prepararse para esto, y sabe que está oponiendo una buena resistencia. Irónicamente, sin embargo, esa puede ser la razón de la visita al veterinario. Aun así, si alguien puede evitar el veterinario, apostaríamos por este pequeño.